Era como una pesadilla. El único pensamiento que tenia era la chica que amaba, lo cual nunca iba volver a ver. Viajo a América, por razones de estudio, y nuestra despedida no fue la mejor deseada. Quería desaparecer en cualquier momento, pero no podía.
—Ehh, Ringo… Ya puedes despertar —Me cubrí mas con la sabana.
—Ya te puedes ir hiendo, Setsuna.
—Vamos, levántate! Deja de tener fantasías eróticas y ponte a hacer algo de provecho.
—Eres un idiota, lárgate —Susurre amargado.
—Ringo… —Su voz sonó como si fuera a hacerme una cuenta regresiva.
—¡¿Qué quieres?!
Quite las cobijas de encima y me levante de un salto, enojado. Setsuna se soltó riendo, y yo sin expresión, Salí de la habitación.
Me dirigí a la cocina y encontré a mi madre cocinando.
—Okaasan, ¿porque has permitido que tu sobrino se quede a dormir aquí? Me despierta muy temprano.
—¿Temprano? —Río sarcásticamente— Son las 12:OO pm, Ringo.
—Ya, gomenasai.
—Haber si sirves para algo bueno —Dijo ella.
—¿Con qué vas a querer que te ayude ahora? ¿Qué lave los platos, te barra y te trapeé? —Use el sarcasmo.
—No —Contesto en seco— podrías ir con señor Tokudome a pedirle … —Ella menciono una lista interminable, lo cual no entendí nada— Pero bueno, dile que te de lo que la señora Raikatuji le pidió encargado.
—Si se como te llamas, no es necesario que me digas tu apellido.
—Si, Ringo, pero uno nunca sabe.
—Esta bien, después vengo.
Salí de ahí olfateando y memorizando el rico olor de la comida de aquella tarde.
En el estudio, que quedaba enfrente de la entrada, se encontraba mi hermanita Dayashi, jugando a su asqueroso juego yaoi Duel Love en el DS. Ella vio que yo iba de salida, y me grita:
—¿A dónde vas? Ringo —No podía quitar la mirada del monitor.
—¿Podrías dejar el vicio por un momento? Me harta que estés pegada viendo a gays teniendo relaciones toda la tarde! Tienes 13 años, eres muy chica para ver eso.
—¿Y tú podrías cerrar la boca? Yo solo pregunte a donde ibas, no te pedí una opinión sobre si te agradan mis gustos o no —Grito enojada, aun sin apartar la mirada del monitor— Yo nunca te ando diciendo nada si te masturbas viendo hentai, porqué se que lo haces. Yo solo veo como se transmiten su amor, no lo uso como consolador personal —Si, al parecer una niña de 13 años me la aplico.
—Ya me voy —Me di la vuelta y la deje hablando… ella al “sentir” mi reacción contesto:
—Si! Te vas porqué sabes que es la verdad… Depravado!
Cerré la puerta y me fui de inmediato.
Mama me había dado la dirección a la cual tenia qué ir, Mientras la leía, me dirigía a la estación. Camine muchas cuadras hasta llegar a una casa muy estilo oriental, toque la puerta y me atendieron.
—Hola, ¿te puedo ayudar en algo? —Atendió un chico alto, pelo negro, ojos de color.
—Em… ¿se encuentra el señor Tokudome? —Dije— Soy el hijo de Raikatuji y vine por el pedido de “shampoos” y jabones para controlar el estrés.
—Oh! Tú debes de ser Ringo, Mucho gusto en conocerte!. Mi nombre es Ichigo y soy el hijo menor de Tokudome, el por ahora no esta y no tengo el pedido de Raikatuji-San, Gomen ne. ¿Cómo podemos hacerle?
—La verdad no se, por ahora traigo prisa —En verdad no— ¿no podría venir otro día?
—No, no te molestes, yo se que tu casa queda muy lejos —¡¿Cómo demonios sabía el donde vivo?!— Si no es mucha molestia, yo podría ir a dejar el pedido hasta tu casa… bueno, claro, si tu quieres.
—Ehh… claro qué no! No me molesta regresar por el mas tarde, u otro día…
—Ya, mañana lo llevo a tu casa —¡¿Qué te sucede, pedí tu opinión o qué?!
—¿En serio no es mucha molestia?
—No, tu madre me cae muy bien y su hijo acaba de hacerlo —Me sonrió.
—Em… Arigato!
Nos quedamos viendo por un momento, el se sonrojo y yo me solté riendo tímidamente. Después de unos segundos de quedarnos inmóviles mirándonos uno al otro, reaccionamos.
—Lo siento, me tengo que ir —Le dije.
—No, no te preocupes.
—Bueno, Hasta luego —Di media vuelta e Ichigo ya me había agarrado del brazo.
—Ringo…
—¿Si? —Conteste.
—No, nada. Mañana nos vemos!
—Claro —Sonreí—, Hasta luego, Ichigo.
Al irme de ahí, sentí un gran hueco en mi estomago.
“¿Qué había sido? ¿Me agrado como persona… o fue otro tipo de agrado? ¡No! No me pudo haber gustado, yo odio a los gays, me dan asco! No puedo ni verlos!, Si si… solo me había caído bien como persona… eso es todo. Pero… a la vez me cayo mal, lo sentí “demasiado” amable… bueno, no le daré tanta importancia.”
::::::::::::
“Flash-Back”
—Natsumi… ¿Te iras a America?
—Si, Ringo. Me iré a estudiar haya. La educación es mejor que aquí.
—Te suplico qué no te vayas! —Me arrodillé llorando.
—Te amo con todo mi corazón, pero mi educación y mi futuro son primero ante todo.
—¿Primero que yo? —La vi a los ojos.
—Seguiremos en contacto, te lo aseguro.
—No será lo mismo, ya no podre verte.
—Existe la webcam…
—¡Te quiero tener aquí conmigo! —Grite, en un mar de lagrimas.
—Ya, tranquilo —Me beso— te amo.
—Dame señales tuyas de vez en cuando… escríbeme mails platicándome como te ha ido, dame señales de vida.
—Lo hare… te lo aseguro.
—Siempre estarás en mi corazón —La abrase— te amo Natsumi.
—Yo también a ti, mi Ringo bonito.
“Fin del Flash-Back”
—Eres una mentirosa, Natsumi, prometiste estar en contacto conmigo y nunca lo cumpliste, te odio.
Me levante de la cama y la tendí, me vestí y me dirigí a la estancia. Eran como las 12:OO —Si, adoro levantarme a esa hora—, y me acomode en el sofá. Dayashi estaba ahí… jugando a otro estúpido juego yaoi que tenia para el DS.
—Oh, Buenos días Onee-San. ¿Cómo te fue en tu “sesión” diaria? —Se burlo, refiriéndose a si me había masturbado o no.
—No me desperté para soportarte, así que mejor cállate.
—¡Diablos! ¿Por qué Natsumi no te llevo con ella a América?
—¡No juegues con eso! —Grite, seguido de aventarle una almohada a la cabeza.
—Ya, pero no te enojes, Gomenasai.
Por una razón del destino, se escucho la puerta. Al ver que Dayashi no se levantaba, fui a atender yo. Era Ichigo.
—¡Hey, Ringo! Buenos Días —Saludo alegre.
—Hola, Ichigo.
—¿Cómo te ha ido?
—Muy bien, ¿Quieres pasar?
—No, aquí estoy bien. Solo te vengo a dejar esto… Los productos de Raikatuji-San —Me los paso, yo los deje en la mesita de enseguida.
—Eh, Arigato Gozaimazu.
—¿Estas ocupado? —Pregunto desinteresadamente.
—No, ¿Porqué?
—¿Te gustaría ir a dar una vuelta conmigo? Digo, si quieres obvio esta.
—Si, claro.
—¡Dayashi, Saldré un rato! —Le grite, desde afuera.
—Si, ¡Haz lo que quieras! —Contesto agresiva.
—¡Kusu o taberu na, Dayashi! –(Kusu o taberu na = come mierda).
—Oh, interesante…
—Así soy todos los días con ella, es mi hermanita.
—Si, si lo note.
—Perdón por la “escenita”
—Nah, no te preocupes.
—Y bien… ¿A dónde vamos? —Pregunte, mirando a todos lados.
—Me gustaría llevarte a un lado… espero que no te moleste.
—No, no hay problema, vayamos a donde tu dices —Sonreí amablemente.
Con el, caminamos no se cuantas cuadras, pasamos por puentes, fuimos a la estación, llegamos a la avenida, etc.
“Flash-Back”
—Natsumi… yo aquí, en este parque, debajo de este cerezo… te pido que seas mi novia… —Dije temeroso, inseguro de mi mismo.
—¿Es en serio? —Pregunto shockeada.
—Si, pero si no quieres… yo entenderé.
—Es que… se me hace imposible que tú me estés pidiendo esto a mí… —Ella sonrió, nerviosa.
—¿Porqué? ¿soy demasiado estúpido para ti?
—¡No! —Dijo exaltada—, Es que… desde hace mucho me gustas… y jamás pensé qué este día llegaría.
—Entonces… ¿es un sí?
—¡Es un por supuesto qué si!
—Soy tan feliz…!
Nos abrazamos, y sonrojado… la mire a los ojos y la bese, fue el sentimiento mas bonito qué había sentido en toda mi vida.
“Fin De Flash-Back”
—¡Eres estúpido o qué! Porqué me traes aquí! —Le grite a Ichigo, con la voz quebrada, a punto de soltarme en pleno llanto—¡Bakaaa!
—¿Qué? No entiendo nada Ringo, pero por todo lo que haya echo… perdóname! —El intento tranquilizarme, me agarro de las manos y me miro a los ojos, tiernamente.
—¡Suéltame! No me toques, no lo hagas debajo de este grande cerezo —Empecé a llorar.
Sin darme cuenta, Ichigo me había abrazado y me había dicho al oído “no te preocupes, ya todo estará bien”. No podía dejar de llorar, era inútil, los flash-back iban y regresaban a cada instante, y ya no podía soportarlo.
Ichigo y yo nos sentamos en una banquita, que estaba en ese mismo parque, seguíamos agarrados de las manos y los dos teníamos la mirada agachada.
Le explique todo lo malentendido, le conté todo lo que había pasado con Natsumi, le conté toda mi vida, y el lo único que hacia era escucharme atentamente.
—Ichigo, esto esta mal… yo soy hetero —Dije en seco.
—Pues… yo me enamore de ti desde el primer día qué te vi —Sonrió.
—No quiero romperte el corazón… no seré como Natsumi lo fue conmigo —Solté su mano, suavemente, y la deje arriba de su rodilla.
—Por favor, Ringo, hay qué darnos una pequeña oportunidad… —Dijo, con todo triste.
—No, Ichigo. ¡Esto es un gran error! Maldita sea, odio el Karma! Nunca debí de burlarme de Dayashi —Susurre.
—Entonces… ¿Si estas enamorado de mi?
—¡¿Qué?! —Grite exaltado—, no! Yo soy hetero y solo puedo amar a una persona cuyo nombre es Natsumi Ashida!
—Lo que pasa… es que no quieres reconocer qué te guste y eres gay.
—¡Cállate! —Le pegue una cachetada— ¡No vuelvas a decir esto! ¡Bakaaaa!
Salí corriendo de ahí! Ya no podía soportarlo, lo peor es que era verdad todo lo que el había dicho… yo me había enamorado de el, aunque seguía amando incondicionalmente a Natsumi. ¡Me había hecho Bisexual!.
::::::::::::
Me encontraba solo en mi habitación, acostado en mi cama en ropa interior. Era la 1:OO de la madrugada, y aun no tenia sueño. Comencé a fantasear con que Natsumi regresaba y éramos felices para siempre… Pero, en todo ese corto lapso, Ichigo Tokudome no salía de mi cabeza.
De pronto, se escucha un sonido fuerte desde el balcón de mi habitación, me asome y… era Ichigo.
—¡¿Qué haces aquí, estúpido?! —Susurre asustado, cubriéndome con las manos mis bóxers.
—Me di cuenta, qué si no eras mío esta noche… no ibas a ser mío nunca.
Fui dando pasos hacia la pared, hasta que el me acorralo con sus brazos y no me dejo ir.
Me beso desesperadamente la boca, y su lengua era demasiado rápida, tanto que podía explorar toda mi boca en unos momentos. Yo, le jalaba el cabello, intentando quitármelo de encima, pero era muy difícil, era demasiado fuerte para mi solo. El seguía besándome, pero ahora estaba en la parte del cuello. Yo, excitado, pedí que me hiciera sexo anal —Si, lo reconozco, ya me había dado por “vencido” — y el acepto encantado. Vi cuando se estaba bajando la bragueta del pantalón, y después se saco a su “amigo” por el bóxer y saco un lubricante de su bolsa trasera del pantalón.
—No te va a doler, no te preocupes —Beso gentilmente mis labios, mientras se detenía de mis piernas y hacia la “magia”.
El dolor fue inmenso, y el placer fue lo mejor de todo eso. Yo, entre gemidos le gritaba “Mas” y el entre risas asentía. De la nada, se detuvo.
—Ya acabe, ¿y tú? —Pregunto, excitado.
—Desde hace mucho… pero aun quiero mas!
—Ya van a ser las 3:OO, ¿que te puedo hacer en este momento? ¡No! Yase, te hare una auto limpieza.
El se fue bajando poco a poco hasta que llego con mi “amigo” lo agarro con fuerza y empezó a lamerlo…
::::::::::::
El teléfono sonó… era Natsumi.
—¿Ringo, ya estas listo? Bueno, he notado qué sigues medio dormido, mi amor, levántate, tenemos qué ir con Ichigo, Ren, Haruka y Sakurambo a comer. Te espero en mi casa a las 2:OO pm, te amo.
Si, estaba soñando que Ichigo y yo nos enamorábamos, teníamos relaciones sexuales y encima Natsumi me abandonaba. ¡Qué Pesadilla! Aunque… un 70% del sueño me gusto… Volveré a repetirlo después, estoy seguro.
Nessie-Chan